domingo, 26 de septiembre de 2010

Síndrome de Sobrecarga Emocional

Dra. Ma. Sandra Huape Arreola


Denominado también, síndrome de desgaste emocional o “Síndrome de Burnout” Se considera como la fase avanzada del estrés en el ámbito profesional y el trabajo diario y se produce cuando se desequilibran las expectativas en el.  En 1996 Schaufeli, Leiter, Maslach  y Jackson, plantearon que el Burnout es una patología especifica de las profesiones que prestan servicios sociales (trabajo social, área de la salud o enseñanza). Tener responsabilidad  en la vida de otras personas genera cambios en el individuo sobre los cuales no se tiene control y genera tensión física y mental, activando defensas naturales traducidas en cambios fisiológicos del organismo.
      No todos reaccionan igual a las condiciones de desgaste, los síntomas son personales y relacionados con la personalidad y la forma de reaccionar a estímulos externos. Los profesionales de la salud son la población más vulnerable a desarrollar el síndrome de sobrecarga emocional..
La atención al paciente es la primera causa de estrés, así como la satisfacción laboral. Cristina Maslach, calificó a los afectados de “sobrecarga emocional” o síndrome del Burnout (quemado), resultante del distress emocional en la interacción con otras personas.
El tener responsabilidad en la vida de otras personas genera cambios en la vida del individuo sobre los cuales no se tiene ningún control y esto genera tensión física y mental activando defensas naturales del cuerpo que motiva a luchar o huir traducidas en  cambios fisiológicos en el organismo. No todos reaccionan igual frente a las condiciones de desgaste los síntomas son muy personales y están relacionados con la propia personalidad y la forma de reaccionar a los estímulos externos.
La atención al paciente es la primera causa de estrés, así como la satisfacción laboral. El sufrimiento o estrés interpersonal del profesional se origina por la identificación con la angustia del enfermo y de sus familiares, por la reactivación de sus conflictos propios y la frustración de sus perspectivas diagnósticos-terapéuticas con respecto al padecimiento del enfermo. .
En un 5% y 10% de los médicos, el síndrome resulta irreversible siendo la única solución el abandono de la asistencia. Existe un periodo de sensibilización y el profesional es vulnerable los primeros años de carrera profesional.
En la aparición del síndrome no influye la edad se considera que  existe un periodo de sensibilización,  el profesional es vulnerable  los primeros años de carrera profesional que es el periodo en el que se produce la transición de las expectativas idealistas hacia la practica cotidiana, aprendiéndose en este tiempo que tanto las recompensas personales, profesionales y económicas, no son ni las prometidas ni esperadas.(4)
Las mujeres son el grupo más vulnerable,  por la doble carga de trabajo que conlleva la practica profesional y la tarea familiar así como la elección de determinadas especialidades profesionales que prolongarían el rol de mujer.  El síndrome se ha asociado más con las personas que no tienen pareja estable, las personas solteras tienen mayor cansancio emocional, menor realización personal y mayor despersonalización, que aquellas otras que o bien están casadas o conviven con parejas estables.(4, 5)  La existencia o no de hijos hace que estas personas puedan ser más resistentes al síndrome, debido a que los padres son personas más maduras y estables.  La implicación con la familia y los hijos hace que tengan mayor capacidad para afrontar problemas personales y conflictos emocionales; y ser más realistas con la ayuda del apoyo familiar. El horario laboral de estos profesionales conlleva la presencia del síndrome  siendo en enfermería donde esta influencia es mayor.
La antigüedad en la profesión tiene relación positiva con el síndrome manifestado en dos periodos, los dos primeros años de carrera profesional y los mayores de 10 años de experiencia, en los que se produce un menor nivel de asociación con el síndrome. Naisberg y Fenning encuentran una relación inversa debido a que los sujetos que más Burnout experimentan acabarán por abandonar su profesión, los profesionales con más años en su trabajo serán los que menos Burnout presentan. Freudemberg psiquiatra, que trabajaba en una clínica para toxicómanos en Nueva York observó que al año de trabajar, la mayoría de los voluntarios sufría una progresiva pérdida de energía, hasta llegar al agotamiento, síntomas de ansiedad y de depresión, así como desmotivación en su trabajo y agresividad con los pacientes.(4, 5).

El síndrome se manifiesta en aspectos psicosomáticos, conductuales y emocionales.
Psicosomáticos: fatiga crónica, cefalalgia frecuente, trastornos del sueño, desordenes gastrointestinales, pérdida de peso, dolores musculares, taquicardia, etc. Trastorno paranoide.
Conductuales: Ausencia laboral, abuso de drogas, incapacidad para relajarse, superficialidad en el contacto con los demás, comportamientos de alto riesgo, aumento de conductas violentas, bajo rendimiento personal, conflictos interpersonales.
Emocionales: Distanciamiento afectivo como forma de protección del yo, aburrimiento y actitud cínica, impaciencia e irritabilidad, sentimiento de omnipotencia, desorientación, incapacidad de concentración, sentimientos depresivos.
Prevenir el síndrome de Burnout implica una triple perspectiva para aprender a manejar las emociones equilibrando áreas vitales: FAMILIA – AMIGOS – AFICIONES - DESCANSO – TRABAJO, evitando que la profesión absorba estas. Al mismo tiempo no sólo las personas recargadas de tareas o responsabilidad son las que sufren un excesivo estrés, tener una vida sin motivaciones, sin proyectos, o pasar por una etapa de desocupación puede provocar el mismo desenlace.(26, 27, 28, 29, 30)
En conclusión estrés y Burnout se derivan de factores psicosociales del medio, tipo de trabajo, efectos de la situación del mundo, etc., pero “mobbing” es la coacción laboral tendiente a la autoeliminación de un trabajador mediante su denigración. Hay provocación intencional de hacer daño, y este se produce por un factor exógeno, personal, humano y no endógeno de la salud del individuo, aunque en los dos anteriores también son factores exógenos materiales y espirituales quienes los provocan. En el mobbing hay una persona interviniente y en la otra fundamentalmente son factores del medio ambiente. El estrés  puede convertirse en acoso, si la persona al principio piensa que está sometida a una situación de estrés y en realidad es acoso, o si el estrés de inicio pasa a ser una puerta de entrada para que en una situación de tensión otros se aprovechen y deriven en un acoso u hostigamiento al individuo. Sin embargo el acoso termina con  depresión y  ansiedad similares  a las originadas por el estrés, y el Burnout e influye en la salud mental.(46)
Las estrategias para prevenir y, cuando ya se ha manifestado, eliminar o atenuar el Burnout se deducen de los factores que lo determinan: se conciben con el fin de evitar que concurran las circunstancias que hacen crecer el riesgo de que aparezcan síntomas de la patología.
1.-Formación de los trabajadores con la finalidad de capacitarlos para que sean capaces de afrontar con posibilidades de éxito sus responsabilidades laborales:
2.-Adscripción de los trabajadores a puestos de trabajo que sean compatibles con sus perfiles profesionales, y en cuyo desempeño se sientan interesados.
3.-Intervención de los órganos de dirección dirigidas a evitar que los factores causantes del Burnout estén presentes en las diferentes situaciones de trabajo (distribución equitativa de la carga de trabajo y del incentivo.
A.- Establecer  un sistema de promoción justo.
B.-Participación de los trabajadores en el control de los recursos y procedimientos de trabajo.
C.-Fomento de climas sociales positivos

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